Lo que podemos aprender de la carta del Dr. Bob en 1991 en la revista de American Medical Association
En 1991, Zufall Health, entonces conocida como Dover Community Clinic, era una nueva organización con recursos limitados. El urólogo Robert Zufall, M.D. («Dr. Bob»), su esposa y la asistente médica de negocios, Kathryn («Kay») fundaron la pequeña clínica, una noche a la semana, después de jubilarse de su práctica privada.
El mismo año, el Dr. Bob escribió sobre Dover Community Clinic en una carta al editor del Journal of the American Medical Association (JAMA), una revista médica muy respetable. En su carta, el Dr. Bob afirmó que los Zufall habían facilitado servicios médicos esenciales para todos los pacientes y habían aliviado la presión del sistema de la atención médica local.
Las palabras del Dr. Bob en JAMA aún siguen siendo significativas. Después de más de 30 años, nuestro trabajo se guía por el modelo de atención de los Zufall para todos, independientemente de su situación financiera, migratoria o de seguro médico. Hemos mantenido muchas de las prácticas originales de nuestros fundadores, incluyendo un sistema de tarifas variable, acceso a medicamentos de bajo costo en unas farmacias y referencias locales a proveedores especializados. Este trabajo solo es posible gracias al esfuerzo comunitario de: los miembros de la junta directiva, las fundaciones, corporaciones, donantes, voluntarios y las personas responsables de las políticas.
La carta también revela que la necesidad de servicios de atención médica para personas vulnerables ha aumentado drásticamente. Hoy en día, atendemos a casi 45,000 personas al año, en comparación con la estimación del Dr. Bob de aproximadamente 1,000 en nuestros primeros días en el centro de salud. Los servicios asequibles y de alta calidad de Zufall son más necesarios que nunca. Nuestro personal se enorgullece de mantenerse de acuerdo con la visión de nuestros fundadores para llevar a cabo este trabajo importante y para construir una comunidad más saludable y equitativa.
El texto completo de la carta del Dr. Bob en 1991 está disponible aquí y a continuación:
15 de mayo de 1991
Mi esposa y yo dirigimos una clínica gratuita que podría servir como un modelo para la provisión de atención médica a las personas sin seguro médico. La clínica ofrece atención primaria básica e inmunizaciones pediátricas a las personas que no pueden pagar $50 por un control de la presión arterial o $100 por vacunas.
Está abierta una noche a la semana en la oficina de una organización comunitaria hispana local, y se atienden de 15 a 20 pacientes cada noche. Se les evalúa por su capacidad de poder pagar, pero casi todos son aceptados; se les anima a hacer una donación de $1 a $5. Hay de dos a cuatro médicos voluntarios, una o dos enfermeras voluntarias, una o dos secretarias voluntarias y uno o dos traductores con pago. Se pagan costos generales de funcionamiento. El presupuesto es menos de $10,000 al año, o aproximadamente $10 por visita del paciente. Los costos iniciales para el equipo de oficina básico fueron de aproximadamente $3,000, dado por Warner Lambert. También tenemos subvenciones de United Way y la Fundación Robert Wood Johnson.
Unos 20 médicos locales de diversas especialidades han acordado en aceptar referencias sin costo o a tarifas reducidas, y los pacientes también son derivados a las clínicas del hospital local, por ejemplo, la clínica prenatal. En el hospital, se les hace una evaluación y pagan según una escala móvil: hasta $100 por visita.
Realizamos pruebas de orina, medimos los niveles de la hemoglobina, glucosa en la sangre, y realizamos pruebas de embarazo. Las Radiografías y otros análisis de laboratorio se llevan a cabo en el hospital. Las recetas se rellenan en una farmacia local que ha acordado otorgar descuentos. Un optometrista local provee lentes al costo. El énfasis está en la medicina básica y sin lujos. Se solicitan pruebas de manera prudente, y se utiliza un catálogo de suministros médicos para verificar los costos de los medicamentos. Las vacunas son suministradas de forma gratuita por el estado. Debido a nuestros bajos costos generales, los servicios pueden ser proporcionados a un costo mucho más bajo que en las clínicas del hospital, y el hospital se libera de una carga financiera.
Nosotros mismos somos voluntarios y, en cierta manera, dependemos de los voluntarios. La atención médica para las personas sin seguro médico requiere o mucho dinero o muchos voluntarios. Aún hay algo de dinero público y privado disponible, y con la organización y el fomento adecuado, puede haber suficientes voluntarios.
Robert Zufall, M.D.
Dover, Nueva Jersey